Día 4. El día de la Gran Muralla

La Gran Muralla: Existen varios tramos de la muralla que pueden visitarse. Los hoteles y agencias lo organizan y te llevan desde el hotel hasta las zonas de acceso a las murallas. Los precios no son altos, generalmente, aunque como siempre, hay que regatear. Estamos hablando de unos 25€ por persona por llevarte al sitio. Alternativamente, se puede ir en transporte público, con mayor o menor dificultad, pero pagando bastante menos.

Decidimos ir al tramo de Mutianyu, ya que el tramo que inicialmente queríamos hacer, recomendado por la Lonely Planet, desde Jinshanling hasta Simatai estaba cerrado por reformas. La razón de elegir este tramo y no Badalin, el más cercano a Pekín, es la masificación de turistas de este último. Realmente fue un acierto, ya que pudimos disfrutar de la muralla con un número muy bajo de turistas y hacer estupendas fotos. Curiosamente, la gran mayoría de los turistas en este tramo eran occidentales. En el viaje encontramos gente que había ido a Badalin y habían vuelto decepcionados por la masificación de chinos.

Gran Muralla
Fuera de la estación de metro de Dongzhimen (que bautizamos como "Don Simón") tienes la estación de autobuses, que está como en el interior de un edificio a unos 50 metros de la boca de metro. Nada más salir del metro, te abordan intentando que contrates sus servicios para llevarte a la muralla. Incluso me llegaron a decir que me había equivocado de estación, que el autobús ya no salía, que había llegado tarde... Ni caso. Nos metimos en la estación, donde nuevamente tienes que esquivar a más chinos que te ofrecen llevarte e intentan que te despistes.

El autobús 916 (y todos los demás) está al fondo de la estación, donde los andenes. No hay taquillas, los billetes se compran directamente antes de subir (12 RMB hasta Huairo). Tras 1'5 horas nos bajamos en Huairou, sin problemas, ya que los avisos son en Chino e Inglés. Creo que hay autobuses directos a Mutianyu, pero deben salir sólo a alguna hora determinada.

Conforme vas llegando a Huairou, montones de pseudotaxistas te ofrecen llevarte llamándote desde la ventana. Incluso se llegan a subir al autobús para decirte que te bajes (ni caso). Para empezar empiezan pidiendo 200 RMB o más por llevarte. Nosotros finalmente acordamos 70 RMB con un propietario de un coche (porque no se le puede llamar taxista) para que nos subiera hasta la muralla, nos esperara hasta la hora que le dijimos y nos llevara de vuelta a la parada del autobús. Hay que decir que el hombre fue muy amable y nos reímos un montón porque se empeñaba en hablarnos en chino. A este punto, nosotros habíamos abandonado el inglés, porque total, tampoco se enteraba. Realmente, ellos saben lo que has venido a ver y dónde te tienen que llevar.

Gran Muralla
Mis recomendaciones: desde las taquillas de la muralla se puede subir andando o en telecabina. El camino de subida es largo y sólo ves mucha vegetación. La gente que lo hace llega muy cansada. Por eso recomiendo el telecabina, que tiene unas vistas espectaculares, es rápido y ahorras energías. Ojo, cómpralo sólo de subida. Una vez arriba, caminas la muralla hacia la derecha (dejando el telecabina a tu espalda) y de recorres unos tres kms. Para bajar, se puede hacer andando (45 minutos) o por un tobogán. Se encuentra antes de llegar a la parte de la muralla donde hay unas casetas, pero no está indicado y mucha gente se lo pasa (hay unos toldos y un mirador). El tobogán es divertido y de esta forma te ahorras tener que hacer el camino de vuelta para coger el telecabina de bajada.

Llegamos a la muralla sobre las 10:30 y quedamos con el taxista a las 13:30. Tuvimos tiempo de verla relajadamente e incluso de tomar un refresco antes de la hora acordada. Yo además caminé hasta el final del tramo, muy empinado, pero con unas preciosas vistas. Dado que a veces el camino es muy empinado y puedes resbalar, recomiendo buen calzado.

Mercado de la Seda: Aunque la muralla había sido una paliza, no estábamos en China para dormir. Tras regresar a Pekín y cambiarnos de ropa, nos fuimos al conocido Mercado de la Seda. En mi opinión tienes que ser un auténtico fan de las compras para que te guste este sitio. Originalmente, eran un montón de tiendas una detrás de otra que vendían falsificaciones. A partir de cierta fecha, para lavar un poco la imagen, las reunieron en un centro comercial. Hoy en día, el conocido como Silk Market es un edificio de varias plantas con numerosos pasillos estrechos repletos de tiendas abarratodas, la mayoría ofreciendo lo mismo. Los vendedores, la mayoría jovenes chicas, son muy insistentes y te agarran e invitan a ver sus productos. Los precios no son ninguna ganga, pero es que hay que regatear hasta la muerte. De todas formas, de los sitios donde estuvimos en China era probablemente uno de los mejores para comprar los típicos souvenirs.

Mis técnicas para regatear son siempre las mismas. Poner poco interés en el producto; buscarle defectos o indicios de mala fabricación; ofrecer una décima parte de lo que estoy dispuesto a pagar - date cuenta de que ellos hacen lo mismo pero al revés; preguntar en varias tiendas.

Yanday: para terminar el día y ya que estaba cerca del hotel, nos acercamos a la zona de Yanday. Es una zona totalmente renovada y transformada recientemente. De un antiguo hutong, se han sacado una calle de tiendas pijas, al más puro estilo occidental y con elevados precios. Lo que más merece la pena es salir a tomarse algo, o simplemente darse una vuelta para disfrutar del ambiente, en algunos de los muchos locales de la zona. Luces, colores, música china, merece la pena.
Barrio Yanday


nulain

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