Día 1. Vuelo a Pekín y llegada al hotel


El vuelo desde Europa hasta Pekín dura unas diez horas. Nosotros salimos desde Londres con British Airways a las 16:35, con llegada a Pekín a las 9:30, hora local. Realmente el viaje no es tan pesado: te dan dos veces de comer, tienes tu pantalla personal con películas y series, te dan una mantita para el frío, calcetines, cepillo de dientes, máscara para los ojos, etc. Y si el tiempo acompaña y tienes ventanilla, verás los países bálticos, Rusia, el desierto de Mongolia, etc.

La primera impresión del aeropuerto es muy buena. Hay todo tipo de servicios, las señales están en inglés y, en resumen, es una pasada de grande. Hay un tren que lleva a la estación de metro de Dongzhimen en 40 minutos por 25 RMB. Desde ahí coger un taxi al hotel sale más barato, porque el aeropuerto está realmente lejos. Siguiendo las recomendaciones que habíamos leído de otros viajeros, cambiamos sólo 50€, con la intención de cambiar el resto de dinero en un banco oficial una vez en la ciudad.

Al salir en Dongzhimen nos abordaron varios taxistas falsos pidiendo una burrada por llevarnos al hotel. Lo mejor es ignorarlos y coger un taxi normal. En mi experiencia, es imprescindible que conozcas la localización exacta del hotel, o mejor aún cómo llegar. Digan lo que digan, ningún taxista habla inglés y diría que incluso el chino les cuesta leerlo. Ninguno que yo cogiera tiene GPS, ni un simple callejero. Dicho lo cual, el primer taxi que cogimos, pese a indicarle el nombre del hotel, la dirección y el barrio en chino, fue incapaz de llevarnos. Primero tiró en dirección contraria varios kilómetros, luego corrigió; cuando llegó a la zona del hotel, se bajó varias veces a preguntar, dio vueltas y vueltas por el mismo sitio... nada. Casualmente vimos una oficina de información turística y nos bajamos a preguntar nosotros, porque estaba claro que el taxista no tenía ni idea. Una china muy amable y con un inglés básico nos dio las indicaciones suficientes para encontrar el dichoso hotel y llegamos andando. Aunque hiciéramos un montón de kms en taxi dando vueltas, al bajarnos el taxímetro marcaba sólo 40 RMB, algo más de 4€.

La oferta de hoteles en Pekín es enorme. Y los hay de todos los gustos y precios. Nosotros queríamos probar algo tradicional, en un hutong, que son esos barrios antiguos de callejuelas estrechas, con patios y mucha arquitectura tradicional. Por las recomendaciones de Booking y por precio elegimos el City Court Hotel, cerca de la Torre del Tambor. A la entrada de cada calle todas tienen letreros con el nombre en chino y en pinyin, por lo que es fácil guiarte.



El hotel es sencillo, pero la estancia fue muy agradable. Eso sí, una cosa que nos dimos cuenta pronto es que las distancias en Pekín son desproporcionadas. Aparentemente el hotel está cerca del metro, pero que va... algo más de un kilómetro, que cuando estás reventado y deseando llegar se hace eterno.

De primeras el ambiente de estos barrios impresiona, pero poco a poco te das cuentas de que tienen una vida muy auténtica, donde la gente se conoce y hay mucho comercio local. Por la noche no tienen iluminación, pero no dan la sensación de inseguridad. Yo estaba encantando con el barrio y a los dos días los vecinos ya me saludaban (¡ahí va el guiri!, o algo así).

Vistas desde la Torre del Tambor

nulain

Bievenido a mi blog. Espero que te haya gustado esta entrada. Si quieres hacer cualquier comentario o pregunta, utiliza los comentarios o el formulario de contacto. Gracias.

1 comentario:

  1. Hola, muchas gracias por compartir esta gran experiencia. Con respecto al dinero, ¿recomiendas llevar efectivo y cambiarlo allí o sacar directamente con la tarjeta en un banco de confianza?

    ResponderEliminar