Delta del Mekong


En nuestro viaje por Vietnam decidimos visitar primero el sur del país, con Ho Chi Ming City (antes llamada Saigon) y luego el norte, con Hanoi, Bahía de Halong, etc. Viniendo a Vietnam no quería dejar de conocer el famoso delta del Mekong y sus mercados flotantes de los que tanto había oído hablar y había visto en películas.

Para conocer el delta contratamos una excursión de dos días en The Sinh Tourist (35€ cada uno, contratada directamente por Internet por adelantado). La organización y servicios por este precio son muy buenos, aunque con una sola pega que explico más adelante. Salimos puntuales todos en autobús desde la oficina central y desde el principio el guía empezó con las explicaciones.

Día 1 Visita al delta del Mekong

El delta es una región enorme bañada por muchos brazos del río Mekong que al llegar a su desembocadura se bifurcan. Por tanto, es una zona muy rica para el cultivo, tanto por el agua como por los sedimentos que arrastra el río. El principal cultivo es la palmera, muy utilizada por su aceite de coco; pero también el arroz y los árboles frutales. Pero más allá de los muchos caminos fluviales y plantaciones, en el delta lo que hay son carreteras, industria y ciudades, algunas enormes y sin interés turístico especial.

Nuestro primer destino es My Tho, donde nos subimos a un barco para navegar por los canales. Por el camino vamos viendo las plantaciones de palmeras, las fábricas donde las tratan y algún que otro pescador solitario como este.


Seguimos después por unos canales más estrechos, esta vez en barquitas. Para llegar hasta aquí nos tuvimos que mover por unas carreterillas en moto carros. Entre todos estos palmerales también hay pequeños poblados. Las casas se alinean junto a la carretera y son de una sola planta, muy abiertas hacia el exterior, sencillas, con las gallinas correteando y la televisión plana de 40" a la vista... Es curioso, y nos recuerda mucho al modo de vida de Guatemala.


Comimos, visitamos un lugar donde hacen caramelos de palma, otro de jalea real (no entendí la relación de esto, pero terminé comprando un bote...), nos hicieron una actuación de cantos populares... Al final te entretienes. Nos hicimos colegas de un koreano, unos suizos, una vietamita canadiense y marujeamos del resto del grupo. Lo típico en estos casos.

Cuando iba cayendo el día nos llevaron al hotel. Nosotros habíamos elegido dormir en un home stay, que viene a ser como la casa de una familia, pero acondicionada un poco para acoger gente. El autobús nos soltó en medio de la carretera. Un taxi nos llevó hasta un camino. Y un adolescente nos recogió en moto a los dos hasta la casa. ¡Tres en la moto, sin casco y con las dos mochilas! 


Al recibirnos la dueña nos presentó las opciones para domir, que eran básicamente donde quisiéramos por toda la casa. En la casa además había muchos adolescentes y otros hombres que iban y venían por allí, entrando y saliendo, se echaban a dormir... Con nosotros sólo vino otra pareja de ingleses que al principio confundieron con nuestros hijos, ¡sólo que a mí me emparejaron con la chica inglesa de 19 años! ¿De verdad pensaron que Raquel era mi hija? Sin dudarlo nos metimos en una habitación privada con camas y mosquiteras, que ya bastante impacto habíamos tenido con lo de la moto...



En los alrededores no había mucho que hacer: pasear en bici, ver el tiempo pasar, subirte a un tronco para cruzar un río, lanzarle huesos a las gallinas y dormir, básicamente. Y por supuesto WIFI, que no falte. Después de cenar a las 20:30 estábamos ya en la cama.


Día 2 Visitas a los mercados

Buena parte de la fama de la zona la tienen los mercados flotantes. Como cualquier mercado, estos empiezan muy temprano, cuando aún ni siquiera ha salido el Sol. Siendo así, no entiendo por qué salimos tan tarde. Para cuando llegamos al mercado flotante de Ben Tre, estaba prácticamente todo el pescado vendido. Los vendedores de los barcos estaban ya en actitud relajada, aunque aún vendieran algo. Y lo que más había eran vendedores ambulantes que se acercaban a los barcos de turistas vendiendo fruta, cocos, café o hasta algo cocinado en un momento. Es la única pega que le pusimos al tour, no haber salido antes para haber visto el mercado más activo.


La vuelta a Ho Chi Ming la hicimos por otra ruta, parando en XXX. Aunque no tenga nada especial, el mercado local tiene su encanto por el simple hecho de no estar orientado a los turistas. Hay muchos productos frescos, verduras, frutas, pescados, gallinas, etc. Prefiero estos mercados a los turísticos donde te venden siempre los mismos productos made in china.


Además salen fotos muy chulas. Nos compramos un kilo de lichis por 30.000 dong (1,20€) y nos pusimos hinchos por el camino.


Y con esto y una paliza de autobús termina el recorrido por el delta del Mekong. Una vez en Saigon pasamos a recoger las maletas por el hotel para irnos al aeropuerto, no sin antes hacernos un masajito de pies para activar la circulación después de tanto viaje.

En conclusión. No sé muy bien qué idea preconcebida traía del delta, pero lo cierto es que no se trata de una región de especial interés turístico. Es curioso, no hace mal conocerlo y ves otra forma de vivir de la gente. Pero está claro que no va a ser el gran recuerdo de este viaje.

Próximo destino, ¡Hanoi!m al norte del país.














nulain

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