Florencia I: Duomo y alrededores

Florencia vista desde el Duomo
A poco más de hora y media en tren desde Roma tenemos Florencia. Dicen los libros que Florencia es la "cuna del renacimiento" y que atesora la mayor parte de las obras de arte de Italia. Se le suele dar entre dos y tres días para visitarla, eso contando con entrar a sus principales atracciones. Pero en cuanto a dimensiones es pequeñita. Ayer mismo al llegar, en un tranquilo paseo de dos horas pasamos por todos sus monumentos y plazas de interés (sin entrar, obviamente).

Al ser hoy domingo, las galerías y museos cierran, así que nos decidimos por visitar la catedral, iglesias y plazas de la ciudad. También hay muchísimas tiendas modernas de moda en los edificios del centro de la ciudad, cosa que no me esperaba. Y aún siendo domingo, la mayoría abren.


Piazza del Duomo
El conjunto de la Plaza del Duomo está formado principalmente por el baptisterio dedicado a San Juan Bautista, la catedral de Santa María del Fiori, el campanario de Giotto, el museo de la Ópera de Santa María del Fiori y los vestigios de la iglesia de Santa Reparata, iglesia sobre la que se construyó la catedral. Todo por 10€. A la entrada encontramos un calendario de horarios: diferente cada día y cada cosa por su cuenta. El museo está cerrado por obras hasta noviembre 2015, Santa Reparata hoy domingo cerrada, la catedral abre a las 13:30 y el acceso a la cúpula a las 13:00. ¡Toma! Ahí lo llevas, para que hagas planes.

Campanario de Giotto
Empezamos pues por lo poco que nos dejan, el campanario de Giotto. Son cuatrocientos y pico escalones, que van accediendo a través de diferentes tramos a varias terrazas, por lo que es bastante "asequible". Por dentro no tiene nada, pero las vistas son espectaculares. A continuación tres vistas de la catedral según vas ganando altura desde cada una de las terrazas:


Catedral de Santa María del Fiori

Catedral de Santa María del Fiori

Catedral de Santa María del Fiori

Habremos estado una hora y media entre subir, las fotos, etc. De ahí pasamos al baptisterio, justo enfrente. Es un edificio octogonal de una única estancia. Los mosaicos de la cúpula son muy entretenidos y cuentan varias historias en cado uno de los aros concencéntricos que pueden seguirse bastante bien: jerarquías angélicas, historias del Génesis, de José Hebreo, de María y Cristo y de San Juan Bautista.



En la fila de arriba, por ejemplo, se ven Adán y Eva cuando pecan, les pillan y los expulsan del paraiso. ¡Por desobedientes! Lo de poder entender los mosaicos mola, no como en Asia.



Para hacer tiempo hasta poder ver la catedral paseamos hasta la basílica de San Lorenzo y la de Santa María Novella. Sin desmerecer, los interiores no son tan llamativos como nos esperábamos, pero al menos el exterior de Santa María es bastante curioso (...). 

En el camino nos hemos encontrado una concentración de moteros de Vespas clásicas, muy "typical Italian"; y un joyero-diseñador muy original, con montones de anillos como los de la foto. Tenía sobre todo perros, pero también gatos, reptiles y monumentos de Italia (www.patrickwandael.com).


www.patrickwandael.com
Y volvemos a la catedral. Por dentro no llama tanto la atención como por fuera (es una manera cortés de decir que no merece la pena), excepto por los frescos de la cúpula. Pero de todas formas, los frescos se ven mejor subiendo al duomo, cosa que se hace por otra puerta y cuya espera ¡nos ha llevado hora y media! Eso sí, son geniales: una representación del juicio final, con escenas escalofriantes del infierno y todos los enchufados salvándose (reyes, papas y santos). Si yo en aquella época hubiera contemplado aquello, desde luego habría hecho méritos para entrar al cielo.


Juicio final en el Duomo
Y por último, la subida al extremo de la cúpula es una visita privilegiada. Las vistas son espectaculares y el día acompañaba. No me importa que no hayamos hecho mucho más en todo el día y que sólo me haya comido un bocadillo de jamón y queso mientras hacíamos la cola. Ha merecido la pena. Y como se había hecho tan tarde y el Sol se pone temprano, hemos esperado un poco arriba para ver el atardecer. No lo teníamos planeado pero ¡ha sido una maravilla haber podido ver la puesta del Sol desde un lugar tan privilegiado!

Atardecer desde el Duomo
Y con esto, aunque no son ni las 17:30, estamos reventados y regresamos al hotel para coger fuerzas antes de cenar. Raquel se ha quedado dormida y yo aprovecho para escribir...

nulain

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1 comentario:

  1. Sólo con pasear por Florencia creo que ya merece la pena la escapada. La catedral es una maravilla en su parte exterior, lo mismo le ocurre a la de Venecia, y me imagino que mañana caerá la visita a la Galería Uffizi. Me recuerda mis años de bachillerato y de carrera estudiando Historia del Arte.

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