Primeras impresiones, Tsukiji, Ueno y Asakusa

Mercado de Tsukiji
El día de hoy prometía ser largo, y es que habiéndome pasado toda la noche en vela, sabía que el día sería duro. Hoy nos acompañaba el señor Nobuki Kanazawa, a quien contactamos desde España a través de una organización de voluntarios que se ofrecen en su tiempo libre a servir de guías a turistas.
El Tsukiji market es un mercado enorme donde los comercios y restaurantes compran al por mayor, pero donde también hay una zona para consumidores: fundamentalmente pescado, pero también frutas, verduras y similar. Además es una lonja, pero a la hora a la que hemos llegado estaba ya todo el pescado vendido, nunca mejor dicho.

Hemos visto muchos bichos curiosos a la venta y el ambiente merece la pena una visita, aunque no deja de ser un mercado donde hay gente trabajando. Y después, como no, que para eso habíamos ido y no habíamos desayunado, hemos ido a comer sushi fresco en uno de los puestos cercanos. Nunca había tomado cerveza y sushi a las 11:00 a.m. ¡Para todo hay una primera vez!. Muy rico, por cierto.
El calor en verano en Tokyo aprieta de lo lindo, así que ha sido una sabia elección meternos en el National Museum en Ueno con su aire acondicionado y después dar un paseo por el parque. El Museo en sí nos ha decepcionado un poco, la verdad.
Cerquita, en el Templo Sensoji, Nobuki nos ha enseñado como lavarnos en los templos y rezar (cosa que repetiremos en todos los templos en adelante, para refrescarnos, básicamente).
Templo de Sensoji
Alrededor del templo hay muchas tiendas pequeñitas con muchas cositas graciosas, souvenirs, comidas, etc. El remate del día han sido los kakigori, esos helados de hielo que siempre vemos a los japoneses comerse en los dibujos y que hacen que se te hiele el cerebro. ¡Riquísimo!
Los abuelos japoneses tienen mucha energía. Nos ha dado una paliza tremenda y no veas lo rápido que andaba. Hoy voy a dormir de lo lindo.
Como nos pilla cerca del hotel, después de descasar un poco en el hotel y asearnos, hemos ido a cenar a Akihabara. Parece una tontería, pero hay que saber localizar los restaurantes en esta zona. La mayoría no están a pie de calle, sino que hay que meterse (y saber meterse) en los edificios y coger ascensores y saber llegar. Al final hemos cenado en el Tompooya, jaja.

nulain

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2 comentarios:

  1. Eso está muy bien, hay que ser respetuosos con los usos y costumbres de cada país, así que si visitas un templo... a rezar.

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  2. Qué rico el sushi!!! Fijo que no tienen ni lactosa ni gluten ;)

    Plataforma para que Rak se vista de Geisha YA!!!

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