Décimo tercer día. Isla de Miyajima y traslado a Osaka



Hoy era otro día de relax en la ruta, con carta blanca para dormir sin despertador. Los únicos objetivos eran pasear tranquilamente por la isla y llegar a Osaka por la tarde. La isla por la noche tiene muy poco, todos los locales cierran y la mayoría de los turistas se van. Después de que viéramos el atardecer y cenáramos nos fuimos al hotel. Para mi sorpresa, cuando quise salir a dar un paseo a las 22:30 me encontré la puerta cerrada y no pude salir. Así qué he dormido un montón.

Apretando el calor como está, decidimos pasar de subir a lo más alto de la isla, en el monte Misen, por muy buenas vistas que digan que hay. Incluso yo lo he visto una salvajada. Con pasear y sobrevivir a la canícula tenemos suficiente. Además que en esta isla, al ser sagrada, no se puede ni nacer, ni morir en ella. No vaya a ser que nos de un chungo subiendo el montecito y encima nos metamos en un lío. 

El mayor y principal templo de la isla es el templo sintoísta de Itsukushima. En realidad, toda la isla se considera un templo. Es más, la misma isla es un Dios, o eso es lo que se dice. Antes estaba prohibida la entrada a la isla, ahora hay ferrys cada 15 minutos o menos. Paseando por el pueblo o metiéndonos entre la vegetación se encuentran multitud de pequeños santuarios y una pagoda muy bonita que sirve de librería de sutras. Todos son parte del mismo templo. El templo principal está elevado sobre el agua y se hizo así para que no se pisara la tierra, por aquello de ser sagrada.
Aquí a lo que venimos todos es a ver el torii flotante, considerado una de las tres imágenes simbólicas de Japón. Ayer por la noche lo pillamos con marea alta, esta mañana otra vez; pero al esperarnos un poco a las 13:30 ya la teníamos lo suficientemente baja como para acercarnos e impresionarnos desde cerca. Al acercarnos empezamos a ver muchas monedas en el suelo ¿y eso? De nuevo una brillante idea para tirar dinero: la gente lanza monedas hacia arriba e intenta que queden en uno de los travesaños. Otra gente directamente los pega en los pilares hasta que se fusionan con los seres marinos que habitan en ellos.
Las otras dos atracciones de la isla son las ostras y unos pasteles con forma de hoja de arce, hechos con una masa similar a los wafle y con diferentes rellenos. Recién hechos y calentitos están muy ricos, los envasados no tanto. Después de esto, como la isla es un poco cara, decidimos ir a comer a Hiroshima y catar de nuevo los okonomiyakis y marcharnos a Osaka. Esta vez no tenemos tanta suerte con el restaurante, y coincidimos en que probablemente los dos tenedores del restaurante de ayer fueran merecidos.

[Actualización] Acabamos de llegar a Osaka y de momento me gusta lo que veo. Pero sí que es verdad lo que dicen de que en Osaka las maneras son un poco más bruscas. En el metro ya he tenido que meter dos empujones. ¡Ya lo echaba de menos! :-) 
De noche la zona de Namba es espectacular, con todos esos neones, miles de tiendas,un montón de gente joven, ¡impresionante! Menos mal que hemos salido un poco más arreglados y no con las pintas de turistas "arrastraos" que llevamos siempre, ¡la gente y sobre todo las chicas van súper arregladas!
Neones de Namba



nulain

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1 comentario:

  1. Y es que no estáis en Sevilla donde se sale a la calle a partir de las once de la noche, porque hacerlo antes es de locos. No sé si os habéis hospedado en un hotel o en casa de la señora Rotenmeyer.
    El torii, una preciosidad. Muy bueno lo de hacerle foto con marea alta y baja, así podemos apreciar mejor su volumen.

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